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CÁLCULOS DEL AIRE

El Espejo Rampante

El Espejo Rampante

El día 30 de noviembre, viernes adorable y otoñal, si los augures lo permiten y las fuerzas de la saludable naturaleza así lo conceden, verá la luz la celebración cultural: “El Espejo Rampante” en la honorable villa de Aranjuez.

En momentos donde la desolación social es un componente cada día más sombrío y deprimente, donde la ciudadanía alberga pírricos entusiasmos y alientos cotidianos surge este evento: reclamo cómplice y estimulante para creadores e inquietos espectadores.

“El Espejo Rampante” nace con la decidida intención de elevar y conceder al pensamiento social un atributo de rigor y cercanía. Ante la carestía casi absoluta de propuestas que abriga el municipio ribereño, Los inminentes, (la designación grupal que confiere Ángel Fdez. a los miembros participantes de la gala) han decidido abrir fuego, airear la palabra, orear pensamientos y quizás despertar alguna que otra conciencia aletargada en una concesión a la sobriedad, razonamiento y entretenimiento pintoresco poco común.

La terna artística se encuentra formada por autores provenientes no sólo de la capital arancetana sino también de la vecina población de Ciempozuelos y de Madrid; motivo que ha levantado la llave de la expectación en el círculo cultural de la comarca. A ya tan escasos días de tan deseada inauguración, la atracción por el espectáculo se incrementa notablemente.

Ya saben amigos de las letras, del compromiso cívico y social, en el Café Ateneo de Aranjuez podrán saborear de la pericia verbal de los autores que, en un afán no competidor, se lanzarán al ruedo dialéctico sin urgencias pero con arrobas apasionadas en búsqueda de cantos soliviantados de esperanza. Versos, prosas realistas, aforismos e intervenciones sin catalogación nacidas  de la ferviente necesidad podrán degustarse con amplitud a través de la voz particular de cada uno de los integrantes. El reflejo musical, de la mano del oriundo Alberto Rodríguez, salpimentará la riada de intervenciones como excelente aderezo de armonía y conciliación con la expresión artística y temática.

Tengan todos presente al “Espejo Rampante”. Vendrá del vacío con la voluntad de no ensombrecer y abrigar nuevas iluminaciones. Qué el brillo que emita nos sirva, a todos, como baluarte vigente, de actualidad, consentido y necesario; que su efecto sea como un guiño de fulgor, como un guiño pertinente a la infausta contemporaneidad.

Regreso fugaz

Llegó por fin el día en el que Gelucho pisó de nuevo su antiguo hogar, aquel en el que creció, se cultivó y vivió junto a su estirpe hasta el momento de sufrir el demoledor destierro.

Contempló, con gris veladura tras años de ausencia, el envejecimiento de los objetos, una atmósfera decorada con el barniz de lo rancio y lo mustio. La incorporación de nuevos enseres no incidió en eliminar esa mácula decadente de postalitas beatas, maderas y suelos ya ajados  como los bulbos existenciales de sus moradores, ahora ausentes.

Gelucho recorrió los ríos y afluentes de su vetusta vivienda; en ellos deseó navegar sobre recuerdos explorándolos con aquella singular fascinación de su alejada niñez. Allí, en esa travesía interna,  tuvo que contentarse con rescatar leves suspiros condenados a perderse en la madeja de la soledad.

 

Álibe

La oración de las siete ramas

La oración de las siete ramas

 

Me postro ante ti Avalokitesvara

y te ofrezco nubes de cada tipo de ofrecimiento,

de los reales y de los creados mentalmente.

Declaro todas las acciones negativas que he acumulado

desde tiempo sin principio

y me regocijo en los méritos de todos los seres santos

y normales.

Por favor, permanece hasta que acabe el samsara

y haz girar la rueda del dharma para los seres conscientes.

Dedico mis méritos y los de los demás a la gran iluminación.

Alta hora de la noche

Alta hora de la noche

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo

Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscando por mi niebla.

Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto:
desde la oscura tierra vendría por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre.
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.

Roque Dalton

Diario monzónico

Diario monzónico

Nong Khiau  (RDP de Laos)

 

 

Tras una prolongada travesía ahíta de incomodidades por las adversas condiciones de la carretera, llegamos a una joya pequeña, de cuerpo resplandeciente, de fisonomía impactante y que asombra, enmudece, libera y ensancha la emoción hacia alturas vertiginosas: la palpitante Nong Khiau. Éste rincón permanece asombrosamente tendido por las arcillosas y abundantes aguas del río Nam Hou, y, su generoso puente que lo cruza, con orgullo panorámico dona al visitante con un presente único, étereo, poderoso, subyugante y excepcional en esta privilegiada esquina del sudeste asiático.

Los titánicos farallones que, como verdosos centinelas de la tierra, se yerguen con brío; la niebla que sobre sus descollantes cabezas se proyecta fantasmagóricamente; y los reflejos del elemento fluvial crean la postal deseada, la imagen fantástica, el originario sabor de un enclave moldeado por una mano omnipotente en búsqueda de reconciliación estética y sentido de la abundancia.

Nong Khiau ha recalado en mi persona como una estampa que intentó emparentarme con las amistosas fragancias de la sugestión y del sueño; como un frágil germen de bambú que, fue tan osado, para movilizarme, razonablemente, la válvula fértil y no sangrante de la afectividad. 

 

 

Álibe

 

El rapto de Helena

El rapto de Helena

Recuerdo a "los sociales"

Recuerdo a "los sociales"

Gabriel Celaya, Amparo Gastón, Blas de Otero.

 

Estigmatizados con la aurelola del entorchado eterno. ¡Cómo se os extraña, compañeros! Ahora, vuestro mensaje, igual o más necesario que nunca. Nunca permaneceréis en el olvido.

Castillo de Oreja

Castillo de Oreja

La piedra edificada

en el transcurso del paso de los siglos

donde el abismo del tiempo

nos convoca a la reflexión del silencio.

Muros y piedras hasta almenas levantadas,

mudos testigos de lejanos fulgores,

de enarbolados estandartes,

de ardidas hogueras

en la noche desposadora de vírgenes,

de ritos consagrados a los dioses del olvido.

¿Qué sois ahora sino imagen incómoda

de la desolación, de inútil dolor

injustamente infringido,

de triste error de la vida humana

cuando la vara del poder le arrebata y le ciega?

El tiempo no mide los pasos, las ausencias,

el ciclo de las lluvias,

sólo muestra un resto, un fruto pútrido,

como la incontestable verdad de las ruinas.

¿Qué inciertos destinos, qué oscuros vacíos,

qué gritos aún no acallados

en el aire aún tiemblan

cuando duerme ya para siempre

el fulgor del misterio

entre el graznido de los cuervos

y las oquedades del tiempo?

Libre espacio para todas las ausencias:

¡Oh, llama incombustible de deseo!,

¡Oh, noche plagada de promesas!;

a donde irán todas las viejas pasiones,

los combate, la cruz de las espadas,

la fusión ofrecida de los cuerpos...

¿Qué encendidas miradas aún preguntan

que llama latente aún espera?

 

 

© Aurelio Campos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El pacto

El pacto

Algún día seré nuevo vasallo

del jinete príncipe de la muerte.

Algún día de impenetrable niebla

brindaremos, con tuétano en la copa,

por el fluir viscoso de la lealtad.

 

 

© Álibe

 

De la obra "Estigma: Poesía Completa".

Numancia contra el tirano

Numancia contra el tirano

El pasado viernes, 25 de mayo, tuvimos los asistentes al pub "La Tetería" de Aranjuez la satisfacción de disfrutar de un día formidable, dulce, encomiable con la presentación de la novela "Numancia contra el tirano", del autor ribereño Alberto Lominchar.

Tras dos años de documentación histórica y escritura sometida al placer de la narrativa de filo histórico, Lominchar nos ofrece, en esta ocasión, una grácil y entrenida ficción con el joven poeta José de Espronceda en su diana argumental, junto a sus valerosos compañeros de escuela.

La novela proporciona al lector una ficción apasionante en el viaje iniciático más poderoso, bizarro y extraordinario que un humano puede toparse en su existencia: los febriles y convulsos amarraderos con su edad juvenil entre compromisos de riesgo  y amenaza.

 

Les recomiendo su lectura. Pocas veces ampararse al equilibrio con las argollas del romanticismo produjo sensaciones tan placenteras en las letras de un autor contemporáneo, actual.

 

 

 

Álibe

Al albur del ululeo

¿Que qué se cruza ante nosotros además de la sangre del tiempo y los millones de reflejos conversos a una exigua humanidad? No mucho más que la pira delirante de vuestras dudas;no mucho más que la pulcra, colorida y siempre honesta posesión de vuestros sueños.

 

© Álibe

Los siete de la criatura.

Los siete de la criatura.

Nuestro pequeña publicación acaba de cumplir, muy recientemente, el séptimo aniversario de su deseado nacimiento. Y sin tarta, ni velitas ornamentales, ni más zafarrancho festivo que los justos que impone el rigor de mi temple conductual, anuncio, con evidente orgullo, la llegada de ésta modesta celebración que supone, para quién les pone en parlamento, un motivo sincero de alegría y placidez.

En éstos tiempos de angustias múltiples, de acontecimientos siempre corseteados por el hilo de la sorpresa, cuando no, de la desconfianza, "Cálculos del Aire" sigue cumpliendo con el cometido fundamental por el que fue concebido: alcanzar y asomarse al auditorio público con las puntadas de la ilusión, los festones de la fantasía y el corte de la estética con las huellas del pensamiento, del conocimiento... del sentir latente y edificante de una de las condiciones más nobles que existen: el despertar de la conciencia a través de la palabra. Es bien sabido por aquellos lectores fieles a ésta peculiar "calculatoria" que ésta, y no otra concepción, es la pilastra esencial que rige la razón de vida de la bitácora.

 Pese a que los años dejen huella; bien sabemos que en ocasiones no beneficiosa, espero que el tiempo aún sepa pulir éste espacio con los tintes de la sabiduría con la intención de ampararse, ahora y siempre, en un pozo fresco de utilidad, cristalina salubridad y delectación.

De momento son siete, siete los años que cubren el trazado de una existencia sana, pero no exenta, en ocasiones, de dificultades pululantes de extraña naturaleza.Desde aquí, mi abrazo al espacio, a los autores y lectores, y al sentimiento de fidelidad y entrega de todos los capitanes intrépidos que surcan mares, cómo y dónde pueden, sin temor a ser varados en la tiniebla de la desorientación.

 

 

Álibe

Erótica

Erótica

Ciérrame, decías.

Ciérrate...

Rompe el peine.

Tus dedos me peinan

por dentro.

 

 

Yanis Ritsos.

Traducción al castellano: Juan Merino.

La renacida

La renacida


            Aislarse, esconderse y zigzaguear dentro de la panza serrana de un enclave solitario, equivale a muchos momentos reunidos bajo la denominación de grandes y selectos. Todo, comenzó, desde la minúscula aldea de Semillas. Con el equipaje ligero aunque con el capazo de las expectativas en estado rebosante, recorro la principal vía de este poblado; espacio que ya, por su orografía, su aspecto, y el estado de conservación de las escasas viviendas tradicionales (edificadas con piedras, lajas, tosca pizarra), transmite al viajero una clara advertencia: atraviesas un territorio extático, ¡venéralo!

            Sólo cuatro personas fueron testigos de mi encuentro, tan sólo cuatro; tres ancianos y un joven pastor de aspecto más ruinoso que el de sus mayores. El resto de moradores me atrevo a pensar que ocultos  en sus viviendas, o laborando en actividades domésticas en este núcleo, felizmente ubicado, en una esfera nebulosa de mansedumbre etérea. En ese minutaje  de incursión tuve la fortuna de constatar que el silencio coloreó la bandera de ésta entidad onírica; que las refulgencias doradas de las casonas, que cimentan la arquitectura popular, acompañaron a las palabras escritas de un himno evocador e hipnótico que, no por silencioso,  deja de ser realidad y evidencia; que la ermita, y hasta el consultorio médico que tan discretamente se alojan en este vecindario serrano, perviven para nutrir los corazones de fe y salubridad a sus puros y afortunados ocupantes.

 Desde éste día me nació, (ignoro desde qué costado) una nueva certeza: mientras mis menudos huesos no conozcan otro remanso similar, Semillas pasará a designarse, desde la natura alibense, como “la renacida Shambala”.

 

 

Álibe ©

             

El Río de la Virtud

El Río de la Virtud

 

 

El Río de la Virtud surge y brota de la serranía del conocimiento y de los altos escarpes de la iluminada conciencia. Ninguna deidad lo concibió, y su extraña y dulce existencia es responsabilidad de los misterios absolutos que, pletóricos en enjundia y esplendidez, corren como vientos leales al deleite humano. El río, ajeno a medición, sustento y desarrollo, serpentea a través de la tierra para saciar la sed de sus moradores. Sólo, así, el mundo crece, se expande y tiene motivo para fecundar la carestía del silencio, del vacío”.

 

Álibe ©

 

 

Del libro  La certeza inmemorial.

 

Acróstico alibense

Acróstico alibense

 

                          Armonía que es izada en el aire

                          Libertad horizontal en alianza

                          Intuición del corazón cuando sueña

                          Voluntad sin quemaduras que asolen

                          Elocuencia de los tiempos arcanos

 

 

  Álibe  ©

 

 

Poema que extracta, en verso,  en forma de acróstico, los principios elementales que rigen la identidad  del logos alibense.  La métrica empleada en esta pieza es el endecasílabo de Álibe; verso cuyo acento rítmico recala en la 3ª, 7ª y décima sílaba.

Sobre despropósitos y desfachateces en el Real Sitio

 

 

¡Atención ciudadanos!, vecinos todos de la villa ribereña de Aranjuez, su ínclito, venerable y paisajístico Real Sitio de sus amores  comienza a hacer aguas en su casco de flotación. ¿Motivos?… ¡Ufff!, los hay variaditos, de colores variopintos, pero, sobre todo, y en el caso que nos ocupa, deseo abordar uno de los relevantes, de los de repercusión futura: la esquilma del maderamen cultural que atesoró, hasta fechas muy recientes, nuestra estimada localidad.

Y es que en épocas de borrascas furibundas como la presente donde los rumbos financieros y económicos de la mayoría de los tripulantes se ven sometidos a presión, a veces, insidiosa y asfixiante; hablar de cultura, o de su preocupante debilitamiento por la acción de la mano pública en Aranjuez, puede parecer una ligera  peccata minuta en la gran tormenta del océano revuelto. Desde luego, y en mi parecer, ni mucho menos lo es, y es causa de mi sorpresa y protesta enérgica como aviso a todos los navegantes comprometidos y en acción.

Para empezar es inconcebible que la oferta cultural del municipio sea podada, tan gratuitamente, sin conciencia profunda de los efectos que este hecho puede provocar en épocas próximas o futuras. Con decisiones como la eliminación de eventos hace algún tiempo como la prestigiosa  aula de Poesía “José Luis Sampedro”,  se inició el lamentable declive de actividades para, ahora, la ciudadanía verse privada de visionado cinematográfico, lectura de algún medio escrito  y teatro de vanguardia;  ¡así, de un autárquico plumazo! A este paso, vecinos,  que le pongan un candado con lacito al perímetro del Centro Cultural; no vaya a ser que un día nos levantemos, con el ojo medio legañoso y nos topemos con el solar mondo y lirondo. Siempre, (todo es posible), podrá existir alguna mente lumbrera que pueda achacar el suceso a alguna abducción extraplanetaria, de dudosa refutación.

La experiencia suele dictaminar que en los momentos críticos, siempre las políticas basadas en el “cerrojazo” suelen florecer, proliferar como soluciones a veces únicas para atajar las hemorragias que entrañan gravedad.  Y ante ello, frecuentemente, sólo queda esperar que el chaparrón aminore para el bien y propósito de todos. Eso sí, niego creer que la razón presupuestaria y, sólo ella, pueda socavar el tejido cultural de una población, que además, publicita y vende sus indudables encantos en su formato y capacidad ilustrativa, histórica como referente idiosincrático. El valor cultural, educativo, pedagógico de una sociedad mide muy seriamente su nivel de desarrollo, su cuota de progreso, su fase de madurez, y a través de su legado poder transmitir a las generaciones llegaderas aquellos elementos conciliadores con un humanismo más justo, equilibrado, cabal.

Vecinos, amigos y conciudadanos todos, Aranjuez es una sociedad que atesora un espléndido pasado, que vive un presente confuso y que debe, dirigir el timón de su carga existencial con decisión, claridad, honestidad y valentía en su conducta. Que la turbulenta actualidad no enturbie el punto de mira de los responsables en su gestión. Lo que está en juego no es, ni de lejos, una mera partida de dominó.

 

 

Ángel Fdez. de Marco (Álibe)

¡Palabras, palabras! Partículas de costra, carne y zumbido. Palabras, substratos, palabras conjuradas en lluvia como fungicidas (no residuales), contra el azote maléfico.

 

Álibe.

Efecto Doopler

Efecto Doopler

-¿No me das un besito, nene? -Sugirió la voz al otro lado del aparato.

Entonces Mister Doopler no pudo evitar como muchas otras veces, dejarse llevar por su imaginación calenturienta. Cerró los ojos, abstrayéndose en ese mundo particular que se habría creado: un cuerpo sensual, unos labios jugosos, una lengua diabólica. No era como chatear en donde la incertidumbre de lo desconocido lo amendrentaba, era más el contacto sonoro de una voz femenina, melosa y ardiente, lo que verdaderamente le excitaba. Él no hablaba, sólo escuchaba. Formaba parte del acuerdo establecido, como el hecho primordial y sin el cual sí se daba el aliciente, de que podía efectuarse en cualquier momento. Ahora mismo.

-Te mando uno de esos que tú ya sabes. Mmmm...... Mmmm. Sientes ahora mi lengua acariciando tus labios, penetrándote -Susurraba la voz.

Mister Doopler, sentado en una esquina de la tarima presidencial junto a sus colegas en la ponencia, una video-conferencia nacional acerca de las Historia de las Telecomunicaciones, permanecía ensimismado con la mano pegada a la oreja, ajeno completamente  a todo, sólo viviendo plácidamente como poco a poco algo le ardía dentro del pantalón. Su pequeño periscopio emergía con timidez navegando por entre las aguas del boxer como espía alemán, con los torpedos en posición de disparo. El fuego le subía ahora por el estómago, rozándole los pulmones, oprimiéndole el corazón. Sintió una vez más aquella lengua lasciva dentro de su boca quemándole vivo.

-Te voy a comer enterito, lentamente, cómo a ti te gusta mi amor, ¿estás preparado? - Habló nuevamente el teléfono.

Mister Doopler no pudo contenerse ya más y comenzó a masturbarse frenéticamente sin piedad, justo en el momento en que anunciaban su turno en el estrado. Las cámaras le enfocaron sin poder creer lo que estaban viendo. ¿Esto qué es? Debían haber preguntado, pero no, un silencio sepulcral se apoderó de la pequeña sala antes de que nadie hablara. El país entero contempló durante breves instantes el singular espectáculo. Nadie estornudó. Sólo rompió ese momento en el tiempo...,el sonido constante y siempre alerta de un móvil.

 

 

Blanca Díez de Tejada Guevara

Luz de luna en el bosque de medianoche

En la suspensión de la planta trepadora

         se mueve la luz lunar sin conciencia...

                 ¡como la bella bailarina mítica del budismo!

 

Dos ojos asombrados por la belleza quedan despiertos aun en la

       ebriedad profunda:

                                                ¡la ciudad antigua de Rajagriha!

 

 

S. Chattopadhyay.         

 

De La pared de Agua. Ed. Olifante.