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CÁLCULOS DEL AIRE

Efluvios bengalíes

Efluvios bengalíes

Un nuevo título, sugerente y cautivador, ha relacado recientemente en nuestras manos: "La pared de agua. Antología de poesía bengalí contemporánea" (Ediciones Olifante). Ésta entrega, en un fino y acertado trabajo de selección por Violeta Medina, cubre moderadamente el vacío existente de literatura india en castellano; más aún cuando hablamos del género lírico, espacio, hoy, muy desconocido para la mayoría de lectores hispano-hablantes. El volumen refleja a un amplio e interesante mosaico de autores bengalíes (de mediados del siglo pasado a nuestros días) donde podremos constatar que se expande más senda poética que la sombra de Tagore, donde se emana más conceptualidad que la mística tradicional del subcontinente, donde la tendencia social aspira y se alza en multitud de estilos y funcionalidades.

Apuren La pared de agua hasta el último sorbo. Generosidad cromática y subyugante en un libro nacido desde la pureza del agua con el propósito del gozo y la reflexión vital.  

 

Álibe

Mis venas son murmullos de ámbar

Mis venas son murmullos de ámbar

Mis venas son murmullos de ámbar presenta un caleidoscopio poético donde la gestación creativa y el compromiso con la luz reveladora de la palabra, recorren, con exultante vigor, el organismo imaginario del hombre delirante en versos y otros avatares del misterio humano. El conjunto textual transita, sin ramificaciones varicosas, por el cosmos de la memoria histórica, por los hitos de la cultura, y por la geografía fisurada del corazón y sus conductos devocionales en un noble acto de redención con las ínfulas del fuego.

 

 

Álibe

Del ojo ciego



No está tan ciego el ojo que no ve
como el ojo que ve y no mira.
No está tan solo en su ceguera
quien ve nacer dentro de sí
una débil y misteriosa llamarada.
Llamemos ciego
al ojo que pasa de largo frente a las cosas.
Apiadémonos de su incapacidad de ver.
Musitemos junto a su oído:
“esto es un árbol”, “esto es una rosa”.
La ausencia de visión
no es ausencia de la capacidad de ver.
Ven los videntes, los demás miran,
los demás creen ver.
Y confunden una rosa con la rosa,
confunden un árbol con el árbol.
Apiadémonos de los que no tienen ojos
para leer las hojas de un árbol,
de aquellos que confunden la rosa
con el perfume que emana de ella.
Apiadémonos del que tantea un objeto
y lo confunde con su forma exterior,
y cree que todos están hechos
con la misma irremediable materia.
Apiadémonos del que olvidó la infinita forma
de la forma,
apiadémonos de la oscuridad que reina
en sus pupilas.
El secreto no está en la imagen, sino en ver.
La verdad no consiste en percibir,
sino en el acto de posesión.
El ojo ciego se ríe del ojo que no ve
porque en la oscuridad ve mejor las cosas.
La oscuridad es la meta de todo verdadero vidente.
La noche, la eterna noche
es sustancia de la luz.

 

 

José Pérez de Olivares.

Vi el arco de la sonrisa

Vi el arco de la sonrisa

Vi el arco de la sonrisa

bajar al umbral del sol.

Descubrí el aura del silencio

y la mullida piel de la verdad

sobre tu cuerpo:

ánfora de ébano labrado

en besos nocturnos

de satén puro.

Veo la luz

con tu ademán de pureza,

con tu pose libre

de nube oscura 

y corazón de hierro.

Venero como llegaste de la lluvia

sin oxidar tus labios,

venero como zanjas el mal

sobre el noble espejo del aire.

 

Tamiz Burkina

Tamiz Burkina

"Frente a mi, como el alba asustadizo del levante, te yergues vigilante, rigurosa, maternal geometría; consuelo humano que florecerá, alguna vez, en la arena inmortal de la belleza".

 

Álibe.

En busca del unicornio

En busca del unicornio

... "Y luego establecí que no salieran a la ciudad hombres solos sino en cuadrillas de a diez por lo menos, y esto fue por excusarnos de las muertes y puñaladas y ruidos que cada día había en las callejas y entre las tapias, por causa de que no habiendo allí más vida que la que traen las caravanas, concurría gran muchedumbre de gentes que iban creciendo de día en día, sin bocado que llevarse a la boca, y era de ver cómo eran capaces de echar a un hombre las tripas fuera por robarle un puñado de sal.

 Y cada día venían más negras que negros y supimos que todas las mujeres de los pueblos de alrededor se hacían putas cuando llegaba caravana y estaban en Tombuctú hasta que era otra vez partida, con lo que regresaban a sus casas y a sus maridos e hijos asaz ricas y contentas ya que no muy honradas. Y vinieron ballesteros contando como habían yacido con negras y retintas y alabando mucho que era muy placentero. Y picado en la curiosidad fuime yo a probarlo y lo probé y hallé que era como hacerlo con mujer blanca, sino que las negras tienen sus partes más prietas y calientes por dentro y les huelen no a pescado pasado, como a las blancas, sino más bien a cecina de carnero rancia. Y habiendo tantas mujeres ofrecidas, no cobran mucho por yacer sino que por un puñado chico de sal van muy contentas y pagadas y aun piensan que el que se lo dio, siendo blanco y poco conocedor de los usos de la tierra, queda engañado". 

 

 

  En busca del unicornio. Juan Eslava Galán 

Cuéntame una historia humilde

o llévame a los héroes.

Lo importante es tu voz sobre la noche,

el aire que ennoblece tu garganta,

tierra y sonido,

agua y lumbre en tu boca.

Y déjame escuchar

tan amistoso don

de la materia.

 

 

José Pérez Carranque

La lanza

La lanza

“Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.”

Juan (19:33-34)

 

El centurión Longinos, salpicado por la sangre de Cristo, sintió al instante cómo su incipiente ceguera se veía curada por un milagro de aquél que estaba en la cruz. Los cielos se cubrieron de sombras y se desató una tremenda tormenta de truenos y rayos como jamás habían visto, haciéndole incluso arrodillarse de miedo, justo debajo de Jesús, al cual había dado muerte con su lanza.

Convencido ya de que el hombre que habían crucificado era el verdadero Mesías, huyó del lugar en busca de los apóstoles para saber más y conocer las enseñanzas del Maestro. Se hizo cristiano, y con los años fue perseguido por sus antiguos compañeros centuriones. Finalmente fue capturado y crucificado.

Su lanza, junto con la copa de la última cena y el Santo Sudario serían guardadas por José de Arimatea en un lugar secreto. Tal vez en algún antiguo templo, que con el paso de los años sería engullido por las arenas del desierto.

El mítico rey Arturo, enfermo y abandonado, mandaría a los caballeros de la mesa redonda en busca de los tesoros, para recuperar la vitalidad y fortaleza de su reino. Fue Percival el único superviviente y afortunado que encontró el Grial junto con las demás reliquias. Arturo, tras tener en su mano tanto poder y tan desconocido, se organizó su propio entierro para ir a descansar el sueño de los justos a la isla mágica de Ávalon. Llevándose la misteriosa Lanza del Destino.

No se sabe en qué época fue, pero sí es cierto que los elfos de la isla a lomos de los blancos unicornios, atravesaron todo el mar hasta llegar al continente y depositar en lugares estratégicos los tres objetos que dirigen los pilares de la cristiandad. El Santo Grial de la última cena, cuando Jesús ya era conocedor de su destino, lo guardaron en Valencia. La Sábana Santa, prueba irrefutable de que el salvador resucitó al tercer día de su ejecución, fue llevada a Turín. Y la Lanza de Longinos, arma sagrada que dio muerte al redentor, se llevó como símbolo de poder, a la cuna de la iglesia católica, Roma.

Años después, en el siglo IX, el papa romano hace un regalo especial al emperador Carlomagno, por las conquistas de territorios bárbaros y su aportación a la defensa del cristianismo. En una caja especialmente labrada por un maestro orfebre, guardada con sumo cuidado, está la punta de la lanza. El mástil, probablemente, se perdió con el paso de los años despedazado en cientos de esquirlas que los cristianos guardarían como relicarios.

Desde entonces el conquistador se dotó de un áurea invencible que los hombres de sus ejércitos se encargaron de aumentar con cada batalla. Carlo vestido con su cota de malla de oro y enarbolando en ambos brazos el escudo y la espada, montaba a su caballo Tencendur, un alazán fuerte y veloz. Se ponía al frente de sus huestes como uno más de sus guerreros, luchando encarecidamente sin desfallecer ni un momento. Y bajo el filo de su espada perecían todos los enemigos con los que se enfrentaba, con tal fuerza que se decía que de un mandoble era capaz de partir a un soldado en dos.

Cierta vez, se cuenta que derribado del caballo, y rodeado de cinco enemigos, la muerte resultaba inminente. Carlomagno con la ropa y el rostro ensangrentado, se desprendió de sus protecciones y sus armas y se puso de rodillas, cogió un cordel que le colgaba del cuello, y sacó la punta de lanza para acariciarla con sus manos. Los soldados, no sabían qué podía significar aquello, era extraño que un guerrero abandonara las armas y se pusiera en una situación sumisa esperando la muerte, extrañados por el valor que demostró aquél hombre, pensaron que se trataba de algo sobrenatural y que no temía a la muerte porque pertenecía a otro mundo. No quisieron hacerle daño, asustados por las posibles represalias en un encuentro en el más allá.

Pasaron los años y la Sagrada Lanza fue pasando de mano en mano. En pocas ocasiones los elegidos descubrieron que estaba dotada de una fuerza propia y que era ella quien designaba a sus portadores dotándoles de un inmenso poder, unas veces para el bien y en algunas ocasiones para el mal, sembrando el terror y la muerte por donde pasaba, adueñándose de la cordura de sus descubridores, creándose un vínculo que duraba desde el primer contacto hasta la muerte. Siempre la llevaban encima y serían capaces de matar si alguien hacía el amago de quitársela, o tan sólo de tocarla. Muchos reyes degollaron a sus concubinas en el mismo lecho de amor por intentar descubrir, tan sólo, la procedencia de tan extraordinario objeto.

Centurias mas tarde, a principios del siglo XX, en el museo de Viena, un hombre se queda obnubilado ante la visión de la que él reconoce como la lanza de poder, sobre la que tanto ha leído e investigado, era un jovencísimo Adolf Hitler, que años más tarde, al conquistar Austria, la guardaría y llevaría siempre con él. A partir de entonces, la historia del mundo cambió, dominado probablemente por el poder del lado oscuro de la lanza sagrada.

El Führer se volvió loco y terminó pegándose un tiro en la cabeza, junto con su reciente esposa Eva Braun, en su bunker de Berlín. Cuando el ejército rojo conquistó la ciudad, un mercenario español republicano, descubrió la lanza entre muchos otros objetos esotéricos que se guardaban en el refugio. O fue ella quien se interpuso en su camino, porque resaltaba entre los demás objetos por el brillo que refulgía, a pesar de estar prácticamente oxidada. Se acercó a tocarla y al tenerla entre sus manos, sintió la fuerza, intentó dejarla en su sitio, pero ya era imposible, tenía que ser suya y la robó.

Siguió ganándose el sustento luchando en otras guerras del lado del que mejor pagara, siempre en el primer frente, y saliendo milagrosamente ileso de todas las batallas. En todas las ocasiones llevaba consigo el codiciado talismán.

Pero con el paso de los años tuvo que pagar su tributo, empezó a sufrir una transformación, antes que era de espíritu noble y solidario, se fue convirtiendo en algo mezquino y ponzoñoso maquinando constantemente inquinas y rebeliones con los que le rodeaban.

En una refriega en el Congo, persiguiendo a un soldado enemigo consiguieron llegar hasta un poblado oculto entre la espesura de la jungla. Los nativos extrañados al ver a los primeros hombres con la piel blanca, les rodearos para tocarles con curiosidad. Pero él asqueado por la adulación de los salvajes mandó a sus secuaces que abrieran fuego a discreción. En unos minutos habían arrasado con todo ser viviente de alrededor. Todo era sangre y cadáveres.

Al terminar la dictadura española volvió a su pueblo, Seseña, allí le esperaban antiguos enemigos del bando nacional. Le capturaron una noche sin luna, y a las afueras del pueblo le desgarraron el alma y le ajusticiaron con una pistola. Allí mismo le enterraron, con las ropas que llevaba y el amuleto al cuello.

Pasaron los años y sobre los restos del asesinado se hicieron los cimientos de lo que luego fue una fábrica de moldeo de plásticos. La llamarían Mecaplast.

Desde los inicios se convirtió en una `pieza clave de la industria, ejemplo de prosperidad y de excelencia. Con un poder de recuperarse ante las adversidades envidiados por las marcas del sector. Pero donde verdaderamente se evidenciaba el influjo de la Lanza de Longinos era en sus trabajadores, ávidos de trabajo y rebosantes de compañerismo y amistad.

Pero la Lanza de Poder también desprende su lado oscuro, y tarde o temprano, la maldad del centurión aparecerá entre los muros de la fábrica, seguramente, en alguno de los mandos superiores.

Pero, queridos lectores, esa ya es otra historia.


Fernando García de la Rosa.

Atanores

Atanores

Destilar el componente secreto, sublimar el elemento desconocido... ¡Qué elevada osadía cuando tus manos apenas son pólenes perdidos de un espacio sin sol!

 

Álibe

La Morada de Álibe

La Morada de Álibe abre con esplendor sus puertas a la familia poética. El 20 de Mayo era la cita para que amigos-poetas, narradores y amantes del compromiso cultural de la villa de Aranjuez se vieran las caras, se reunieran fraternalmente en el denominado "Cenáculo de las Letras" : evento de aproximación y camaradería bello y singular. Las tertulias de componente social y solidario acapararon presencia en la primera parte de la celebración, para, después, con el ocaso, con la llegada de las estrellas y el silencio que congregaron, proceder a un recitado de poemas y relatos donde los asistentes camparon a sus anchas hasta bien entrada la medianoche.

El Cenáculo de las Letras inaugura así, satisfactoriamente, esta iniciativa con vistas de futuro y perdurabilidad. El placer de lo grupal siempre latente.

 

 

Ángel Fdez. de Marco (Álibe)

Beautiful Bathory

Beautiful Bathory

La sangre,
la sangre porque sí;
La sangre como fuente de belleza,
como prólogo perfecto
al mármol de tus carnes.
Tus miembros,
la indomable rigidez de tus costillas,
las cuentas que se forman en tu espina,
vibran de gozo ante el tibio líquido,
ante esa acritud de aroma que te es tan
familiar:

Y en este baño de homenaje hacia tus galas,
en este canto al cuerpo como sublime diseño,
renaces más linda si cabe,
remontando perspectivas
que verán la línea griega.
Recuerda, pues, la sangre
como símbolo de vida nueva;
Cómo bálsamo que rompe
con las miserias del tiempo,
que evita la decadencia:
Como un elixir que supera
la prueba tortuosa del espejo.
Recuerda, y, si acaso tu castigo lo permite,
dime mientras tanto qué se siente,
qué trágica araña se pasea por tus venas:
Cuenta como sufres en tu torre de delirio,
¡oh, tú!,
navegante entre piedras centenarias,
viandante de mazmorras sin final.


Alberto Lominchar Pacheco.


En homenaje al amigo, poeta y narrador Alberto Lominchar: referente incuestionable de las Letras Ribereñas, voz honda y esclarecida de nuestro Real Sitio.

Y, de repente, la víbora sucumbió

Y, de repente, la víbora sucumbió

Por Ángel Fdez. de Marco


Ossama Bin Laden es ya historia. Su veneno tan mortífero desde sus criminales y sanguinarias fechorías ha sucumbido bajo el sello justiciero de América en una acción rocambolesca, con tintes heroicos, de guión hollywoodiense. El enemigo número uno de Occidente ha sido eliminado del mapa, a las bravas, a quemarropa, tras una neblina de celeridad y misterio, de conspiración y trabajos sin cuartel de los servicios de inteligencia y del gobierno de Obama, que ha conmocionado al planeta en cuestión de minutos. La realidad es la que es, los hechos no reservan otro contexto en el que poder especular.
Ante este panorama la lucha contra el terrorismo dispone de varios planteamientos a los que, desde estos momentos, deberá hacerse cargo, centrar su atención con la mayor diligencia y acierto posible. Con la muerte de la víbora del desierto ¿acabará o mermará la amenaza integrista? Con el aparente vacío de liderazgo de la célula nodriza de Al Qaeda los resortes y conexiones ¿podrán mantener su actividad de mal, su sed de venganza, su voluntad enloquecida de implantación del temor y sometimiento al mundo de los “infieles”? Y después de la serpiente ¿caerá después el cuervo, el pelícano, el carroñero de rapiña en búsqueda de nuevas presas?
¿Afectará este golpe de efecto (pues no creo que se pueda interpretar de muchas maneras) a los órganos de decisión norteamericanos para neutralizar o aminorar sus operaciones militares en oriente medio? ¿Es suficiente este bocado suministrado a la garganta de la bestia para desangrarla por completo, en su totalidad?
Las repúblicas islamistas que, como incandescentes polvorines, han levantado al unísono la voz contra la tiranía despótica de sus líderes, tomarán actitud de reflexión pudiendo comprobar como sus destinos de libertad estarán más cercanos si no cesan en el brío de cambio, y en la voluntad de crear estados más justos, racionales, insobornables ante el lenguaje de la doctrina dogmática como discurso único para adocenar a las masas.
Deberemos esperar nuevos capítulos de un entramado que, como un virus resistente, mordaz y demoledor espera el momento de provocar su estallido de virulencia ante la sorpresa de la víctima, ante un instante de debilidad o descuido con consecuencias trágicas.
El mundo empezó a orbitar con una aceleración distinta, extraña, sorpresiva. Los vientos de transformación azotan nuestro planeta con la calima de la confusión en su piel. Mantenerse alejados de ellos, además, no es posible. Por lo tanto: vivamos con la expectación.


6º aniversario.

6º aniversario.

Cálculos del Aire, se encuentra en plena celebración. El calendario indica que su sexto aniversario llegó a su consecución para satisfacción, deleite y orgullo de su creador. La celeridad del tiempo apenas permite reflexionar sobre como la labor que este espacio, (nacido siempre desde la vocación auténtica de un compromiso cultural), ha podido incidir a los miles de visitantes y decenas de colaboradores, desde sus albores, en el gozo y difusión del mensaje artístico-literario.  

Desde esta ventana sólo me queda, nos queda, transmitir infinitos agradecimientos hacia aquellos que creyeron, y siguen confiando, en el sello calculino como ventana válida de comunicación. Con vuestra compañía el sendero por transitar se presumirá más grato, placentero, aliviador.

 

Álibe.

"Ya no hay otro secreto en nuestros misterios que no sean los que residen en el asilo inviolable de las palabras".

(G. Persigout)

Ricardo Bórnez: la palabra de cuño perenne

Ricardo Bórnez: la palabra de cuño perenne

No hay más espacio vital entre el hombre y sus reflexiones que la imagen que le muestra un espejo. Así, en esta superficie real, limitada y sincera hasta las fronteras de lo bello y lo atormentado, podríamos interpretar la cosmogonía personal de Ricardo Bórnez, autor poético de registro intenso y lirismo   punzante, heredero coherente de una urbanidad contemporánea tan repleta de aristas de factura desigual. Y es que descubrir un nuevo fulgor, al azar, como capricho de un augurio desconocido (en esta maraña de brillos poéticos de medio haz que pululan con voz altanera y tinta aguarrasada) se presume, en un inicio, como una dicha sugestiva y deleitable, y que al sondear con mayor atención descubrimos un mensaje capaz de evocarnos resonancias  necesarias e ineludibles para el buscador de respuestas, para el merodeador de universos tan ligados a la piel, a la conciencia.

El gusto que produce asomarse a su línea arquetípica es limpia y clarificadora; causa la sensación de retomar aguas ya conocidas donde el pulso cotidiano de la vida brota como una bocanada de autenticidad y experiencia de muy grata degustación. El amor en su extensión epidérmica, la sinfonía del silencio cuya inhalación  de azogue recobra color y fusión, la noche en los reductos  enmarcados de la ciudad de Madrid, y la inefable naturaleza del tiempo forjan las líneas básicas donde se sustentan las pulsiones de Bórnez en un afán de conocimiento y sensibilidad curtidos por sólida convicción.

“Vivir provisional” cae en nuestras manos para sorprendernos, seducirnos, congratularnos en un festín de palabra y sintaxis  de memoria. Con ella el poeta nos expone, en desnudez, sin rubor, a grito templado, en la soledad del papel y su pluma, las enseñanzas y reflexiones que le habilitaron para cumplir las funciones de un pequeño taumaturgo bajo la bóveda actual de la modernidad.

 

 

Si me quitáis el sueño

¿qué me dejáis de equipaje?

¿Acaso la monotonía del infinito,

quizá la gloria de la nada?

 

Pero la voz siempre vuelve,

golpea nuestros muros,

no ha muerto,

simplemente

ha dormido un rato, un siglo, un segundo,

quizás apenas unas horas.

 

 

 

Ángel Fdez. de Marco (Álibe)

 

Existencia

Existencia

¿Dónde se esconde la torre del viento

cuando sus lágrimas muestran la alcurnia

y la corte alardea jugando diurna,

hacia el sol, con los fustes harapientos?

 

Álibe

 

Libro: Las cenizas del edén.

Velada poética en "Los diablos azules".

Velada poética en "Los diablos azules".

Opíparo banquete de versos el degustado ayer, en la sala capitalina "los diablos azules". Menú: mariscos noveles, carnes sazonadas a la irónica pimienta y pescados marinados procedentes de los caladeros del fletán. No faltaron los caldos de la bodega alibense.

Exaltación romántica

Exaltación romántica

Sanguinolenta melancolía, la de quien contempla amarillear su juventud bajo las letales hebras de la desdicha.

 

(Álibe)

Perder la memoria como esa vibración de celofán sucio y ahogado por las entidades que nos vigilan, nos acechan, nos oscultan... bajo una lluvia retraída y desconfiada.

 

(Álibe)

Democracia

Democracia


"La bandera avanza hacia el paisaje inmundo, y nuestra jerga ahoga el tambor.
"En los centros alimentaremos la prostitución más cínica. Aplastaremos las revueltas lógicas.
"¡En los países de pimienta y destemplanza! - al servicio de las más monstruosas explotaciones industriales o militares.
"Adiós a los de aquí, a cualquier sitio. Reclutas de buena voluntad, nuestra filosofía será feroz; ignorantes para la ciencia, taimados para el bienestar; que reviente el mundo que avanza. Ésta es la verdadera marcha. Adelante, ¡en camino!"

Arthur Rimbaud