Fruto amargo
Como el hastío y las horas frías
van matando el palpitar.
Carcomiendo, como puñaladas
profundamente inmutable
recorriendo los recuerdos.
Y todo sabe a fruto amargo
y de espinas.
Imposible,
todo igual:
como un aguacero
deambulan las lágrimas.
Alejandra Zarhi
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Anonimo como el Lazarillo -