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CÁLCULOS DEL AIRE

El lince

El lince

LLegó el momento de decir adiós.
Sentir la zarpa de la lenta ausencia,
rendirse a tu fugada decadencia
en la vereda del postrero adiós.

Llegó el instante de pedir a Dios
que luz de tu mirada sea herencia
de un mundo que transpira en consciencia:
entreverado sueño en pos de vos.

No quedará camino por seguir,
ni matorral que soledades beba,
ni dunas de tu agónico morir.

Silencios rotos el mundo te deba
en esta nebulosa, el devenir,
sobre tu negra, desdichada prueba.


Ángel Fdez. de Marco (Álibe)

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