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CÁLCULOS DEL AIRE


Hoy no distingo bien
si es sombra
o luz,
la estela de mis manos,
el goce de mis ojos,
la prisa del espanto.

No descubro fronteras,
ni degusto amarguras,
ni reniego al valor
de la distancia.

No acudo a comprender
si van o vienen,
si es rumbo o extravío,
o eutanasia.

Salvo el fuego,
no quedan más
que grietas en los muros,
que suaves maremotos,
reversos y fantasmas.
Péndulos del deseo,
vientre de la historia.

Quizás no sea niebla,
ni sal,
ni meridiano trágico,
parodia o hermetismo,
desnivel temporal,
sinrazones,
adverbios.

Tal vez no haya aprendido
a transitar,
ambiguamente.

Y el horizonte
huele a tiempo ido,
a deshoras agónicas,
a realidad pretérita
imperfecta,
a subsuelo del mundo,
a sabor propio.

Y cuando caminar
me duele en el costado,
(la costilla de Adán,
precisamente)
anuncio cascabeles en el aire,
abandono al atríl la partitura
y hago de mis palabras mercancías,
revelación de espejos,
felicidad ficción o muerte súbita.


El pasadizo azul de la utopía.



Sergio Manganelli


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