Blogia
CÁLCULOS DEL AIRE

MIEL Y ABSENTA

Exodus

Exodus

Cómo pétrea noche que gime
velará el tiempo su cristal
bajo las sombras del rocío.

Cómo ingrávidas formaciones
las especies: señuelos del misterio,
huirán, huirán
al letargo mismo de un túnel
que trenzados va modelando
con patrón exclusivo de la muerte.

Cómo neófito humo que nace
y aligera su mayor ciencia,
como rayo que brinda dones
al limo, a la ova de la ría,
las especies cavarán fosa
para entrar y nunca avisar
en la esfera levítica del sueño.

Como agónica luz, distante,
donde vibran las sensaciones,
avatares y manuscritos
las especies emprenderán,
¿un atajo siquiera firme?
Hacia las grutas extraviadas
con sitiales llenos de musgo,
¡Sí!, de musgo … purgado en vida.

Cómo brote que osó a renacer
en sus últimas instancias,
como aliento encorajinado
con certezas sin madurar,
cumplirán los seres sentencia
en quebrados y óseos acantos
cuyas voces palidecieron.

Ángel Fdez. Damarcus (Álibe).


Escrito en Aranjuez. Junio 2006.

Ferroviales

Ferroviales

Vanas estrías
la de la senda virgen
mientras late.

Vulcanizado
el traqueteo del día.
Alta nebreda.

Compartiremos
litera mi razón
y otros lamentos.


Corre desnudo
epitelio precoz
sobre las vías.


Toma conciencia
el viaje de mi latir.
Claro Presagio.


Dragón tumbado
que posas mientras paces
óxido y yerba.

Todo trayecto
es tuba de color,
acorde limpio.

Ángel Fdez. de Marco. 2006.

Neyza

Neyza

Sideral espacio entre realidad y quimera,
sulfurado que mana enigmas sin oxígeno,
aurora borealis frente a la órbita del ego,
zodiacal convite a la escama del acuario.

Travesía incógnita, bravura de un destino,
objetivo indefinible como nombre sin letra,
signatura con raíz aventada en lejanía,
temporal luz que guiará nuevos confines...

Confines
Únicamente confines

en la mano de alabanzas de puro esmalte,
en la sombra culpable de formas y causas
cuando, fecundados de polvo,
te delatan bajo el vals de las cigarras


Ángel Fdez. 2006

Centinela en floración

Centinela en floración

Fálica huella
la libido del ángel.
Antorcha sacra.

Ángel Fdez. de Marco 2006

De ti supo el cielo

De ti supo el cielo

De ti supo el cielo
que fuiste partícula natural del mito,
materia astral de la virtud,
estela mullida en miel y sereno.

A salvo de peligros,
el cielo conspiró loas y cúmulos,
veredas, colinas, luces magentas:
tu azúcar poligonal en el tiempo.


Ángel Fdez.de Marco 2006

Culto forajido en la Casbah

Culto forajido en la Casbah

A Pepe Le Moko


¡Ya nunca podrás omitir
la costura del barrio medieval!

Treinta y nueve de la viva centuria,
calendario pre-bélico en ambiente;
El Marseille se arrima a la ensenada
tras la niebla voraz de los profetas.

En red de los granujas extranjeros:
sicilianos, eslavos, andaluces
tropezó tu tarjeta residente
ante el fuego invisible de la Casbah.

Las sospechas muy pronto arrebolaron
entre patios, callejas, minaretes
que fundaron edictos del silencio
con almádenas y óxido en la piel.

¡Ya nunca podrás omitir
la costura del barrio medieval!

El pequeño inspector de fez alauita
desbordando dirígese a tu lado
bajo cálido agravio de tumulto
con frenética pose de rapaz.

Confidentes son casi mayoría:
azacanes, orfebres, las rameras,...
La morralla perdida en el panal
cuya celda es carnaza en desventuras.

Tu muralla desbroza, ¡no las piedras!
Sino ríos, relieves de carmín;
Tu muralla extenúa, ¡no disparos!
Sino joya hormonal y de mujer.

Insondable el aroma de distancia
es callada. Parece que barrunta.
Inquietante un olor a muerte llega.
A escondidas, la mar concede y pacta.

¡Ya nunca podrás omitir
la costura del barrio medieval!


Ángel Fdez.de Marco (Álibe).2005

Melódica

Melódica

Inspirado en Ballade pour Adeline, Richard Clayderman

Aclara la luz.
El río duerme en los pétalos
alineados del amanecer.
La vega toca las piezas
del clavecín celestial
que acompasa,nos acompasa
entre ávidas manos de pálpito.

Llueve.
Musitan hojas,
tililan medias verdades
cual ritmos roturados
por forja exhumada
de los vientos.

Atardece.
Sol y vida ya no conjugan
el mismo verbo.
Los lentiscos reposan
su rictus de arcilla
bajo tiro de gracia:
(desarraigo furtivo).

El jardín
es la epidemia siempre infame
del no silencio.

Gimen, escuchan,
sospechan
los sicofantes de la luz.

Aclara, destapa la noche.
¡Por fin el aire nos concede lecho!


Ángel Fdez. de Marco (Álibe). 2005

Travesía Edfú-Luxor (Rep. de Egipto)

Travesía   Edfú-Luxor  (Rep. de Egipto) Jornada agotadora de visitas. Por la mañana, muy temprano, iniciamos el recorrido atracando en la localidad de Edfú. Allí montados en calesas damos testimonio de las míseras condiciones de la población, del estado calamitoso de las calles y, en general, de la sensación de abandono, desidia y suciedad que presiden todos los rincones de este parnaso olvidado de Alá.Nuestro chófer trata de ganarnos la confianza (y sobre todo una sustanciosa propina) a través de sencillas frases de bienvenida en un más que deficiente castellano. Llegamos al final del trayecto: nuestra calesa se detiene en una larguísima caravana dispuesta en fila a las puertas del Templo de la ciudad. Éste se nos presenta colosal, titánico, granítico, después de recorrer un tramo polvoriento atestado de curiosos, como una mole bárbara que mantiene una conservación arquitectónica envidiable. Si retornara a la vida Horus seguro que podría sentirse más que orgulloso con "su santuario particular".
Hacia la tarde tengo el placer de escuchar las amenas charlas del Licenciado Sr. Said en la cafetería del Moon River; fue todo un placer. Innumerables relatos mitológicos corrieron por los oídos de los presentes donde abundantes pensamientos e ideas, ligadas a un hombre con su vasta formación, pudo ofrecer a toda la concurrencia. Sobre las cinco de la tarde parte de los pasajeros se entretienen en cubierta consumiendo te o refrescos, mientras yo formalizo los trámites de nuevas visitas. También tengo la ocasión de conocer al pequeño guía egipcio de ojos vivarachos y a mis dos nuevas compañeras de travesía: ambas catalanas, de constitución corpulenta, con estilo reggae pasado por batidora, y con grandes ansías arqueológicas.
El Templo de Luxor, a la caída de la tarde, me produce una sensación de catarsis extraña,atmosférica, onírica. Las bandadas de aves surcando los cielos mestizados por el crepúsculo, las oraciones islámicas disolviéndose por los minaretes circundando nuestros cuerpos, la incipiente oscuridad esperando entrar en la maraña selvática de columnas y esculturas; todo en un extraño matiz de sosiego y emoción contenida.
Después cena ligera, agridulce, escasa, exótica pero insuficiente y mínima para cubrir parte del gasto energético. A posteriori, antes de regresar al camarote: derviches giróvagos y muchacha rolliza contoneando el palmito ante la buena acogida del respetable.

Esmeralda Serranía

Esmeralda Serranía Milagro eres del día
bajo tono y silencio,
la reliquia vedada
a los malos acordes.

Verde en verde conspiras
ante mástiles de brea
que regresan gimiendo
como nobles abrazos
delatantes del hombre.

Es trazado el momento
donde caes sin las manos
en vergel de materia:
homenaje indultado
con ungüentos en flor.

Es la rueda que frena
la que ya olvido tiene
cuando la razón verdea
sobre alturas sinfónicas
que alabamos sin hiel.

No querrá el tiempo fuga
mientras sombras y helechos,
mientras rápidos libres
profeticen hechizos,
hendiduras astrales.

Que si quema tu nombre
es a causa del hielo
que encapota tu sangre.

Gestación o pureza.

Ángel Fdez. de Marco (Álibe). 2005

Helena Valle Rodrigo

Nace en Madrid en 1962. Realizó estudios de naturismo y terapias naturales, así como de diseño gráfico. Ha publicado poemas en revistas como Trazos Literarios y Aguamarina. Ha realizado talleres de escritura creativa como el del Centro Maestro Alonso. En la actualidad es miembro integrante del Taller de Poesía Trascendentalista, delegado y dirigido en España por Montserrat Doucet.

Consumida la llama dulce

Consumida la llama dulce (primera variación)*

Consumida la llama dulce
y la hirsuta mirada de la hiedra,
desgastada la resina carmesí del alba
con dádivas añiles y tonadas,
escuché una voz susurrar al espacio:
« Niego y reniego de tu absoluta presencia
pues las estrellas por las que bebes
no saciarán más cuerpos que las guijas
del desierto cuando el viento avanza.
Niego y reniego de tu soberana existencia;
ya que cada vena que expeles,
cada espasmo que concedes
apenas será simple hilo de estaño
germinado en las vísceras de la nada.»

Agotadas las dúctiles razones del cosmos
bajo la apática humedad de su habla,
el espacio repuso:
“ Voluntad carezco para justificar
fundamentos, puesto que la realidad
es la única prueba que me legitima
a favor de la certeza única y sana.
Tal vez creerás en mi
cuando tu cuerpo somatice al tafetán,
y el rublo que oculta tu rostro brille.
Tal vez creerás en mi
cuando los cuerpos, suspiros de cera,
expiren con el temblor final en las entrañas.”

Álibe

Esta composición es una versión homónima de la incluida, junto a sesenta y dos piezas más, en “El Oráculo Prohibido”. El poemario fue finalizado en el año de dos mil uno.

Conspiración

Conspiración Año del Señor 1943. Lazio.

Las cruces soliviantadas por las baterías antiaéreas,
respiran para mí.
Las botas de acero retumban encima de los circos del averno.
Sumideros ocultos cierran las catacumbas desleales
por los precipicios del mal.
Los tejados de carbón se solidarizan con el padre
de una víctima, castigada a la evaporación eterna.
¡Santísima Trinidad!, apiádate de las frágiles rodillas
de aquel enfermo, convaleciendo el luto de la trinchera.
Retórica italiana, te convertirás en el peor augurio
de los patriotas de la miseria.

Álibe. De "Las cenizas del Edén" (JM Bernal Ediciones, 1997)