Tanto va el cántaro a la fuente...
Tanto va el cántaro a la fuente...
que el agua cristalina en
su seno almacenada se ha
hecho viajera, autoestopista pasiva
en un mundo alucinado, amenazante
de sequías. Tanto va el cántaro
a la fuente que anda mareado y
hay veces que le hago que se
confunda, y no regrese a la
misma fuente y pierde la orientación.
Bebe, pues, de otros caños, de manera
furtiva... pero al final siempre regresa
al surtidor original.
Método alibense.
Ejercicio realizado por ALBERTO en el interior del Bistró-Librería ATENEO bajo la celebración de una sesión de LA MÉDULA CONFESA.
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